La primavera es una estación preciosa para celebrar una boda al aire libre, si el tiempo lo permite, como en el caso de Julia y Diego que tuvieron un día maravilloso de sol y calor que realzó aún más su gran día.
A Julia le embriaga el color de la pasión, el rojo, y por eso quería una boda con detalles de ese tono, desde flores a rincones y objetos decorativos en cada espacio.
Las ceremonias al aire libre son una opción idónea en bodas primaverales.
Se dieron el “Sí, quiero” en el hotel Palacio de Los Arenales, en una pérgola de madera con vistas a la dehesa extremeña. Recibieron a sus invitados con un rincón de bienvenida decorado con maletas, faroles y detalles personales; así como por un rincón de la abundancia y buena suerte con arroz, cañones de pétalos, pomperos y conos de pétalos personalizados. Siempre atentos a sus invitados y teniendo en cuenta el espléndido sol que los acompañó todo el día, ofrecieron parasoles en tonos rojos y blancos.
Continuaron con la celebración con un cóctel amenizado con un “confesionario” en el que los invitados grababan un mensaje para los novios, gracias al trabajo de BeeHappy, enmarcado entre sus iniciales.
Dos zonas con mesas y sillas con detalles en rojo y un espacio lounge que recordaba a una tarde de picnic en el campo ofrecían a los invitados asiento y ambientes donde hacerse fotos.
Una gran idea para bodas donde haya césped es ofrecer salvatacones a las invitadas, y mejor si es en un rincón decorado.
Para el momento del baile y las copas ofrecieron chapas y una máquina de pinzas con diferentes regalos para entretener a los más pequeños y por qué no, también a algunos mayores.
Al caer la noche el salón del baile se convirtió en un espacio mágico con cortinas de Led y guirnaldas en techo. Un broche perfecto para una boda impresionante de una pareja adorable.
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