María y Paco celebraron su boda en el jardín de su casa de campo. Eligieron el mes de octubre para evitar el exceso de calor, aunque en Extremadura nunca se sabe… Por si acaso decidieron recibir a sus invitados con un rincón de limonada y cervezas, decorado con una caravana vintage de la familia.
Tuvieron una ceremonia íntima con sillas de madera blanca para los invitados, un camino de alfombras de yute para llegar al arco de ceremonia, una decoración con sombrilla balinesa para el oficiante y un rinconcito de arroz para lanzar al finalizar la boda.
Amenazaba lluvia pero finalmente se pudo ver hasta un poquito de sol para celebrar la unión de esta gran pareja.
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