Una boda al caer la tarde al principio del verano, en un escenario de cuento, en un ambiente artístico… Así comienza la boda de Patricia y Jorge, una pareja entrañable.
Un conjunto de baúles y cajas con flores preservadas fueron el primer recibimiento decorativo. Ya en los jardines del castillo un rincón de bienvenida propiamente dicho acogió a los asistentes de la boda con un cartel de madera junto a una consola con un centro clásico con flores silvestres y rosas, baúles coloniales, y faroles.
Cuidando los detalles colocamos un rincón de cubretacones, ya que el entorno es un plus para todo menos para los zapatos de las invitadas y este no iba a ser un impedimento para disfrutar al máximo.
Al inicio de un pasillo creado por alfombras redondas de yute, damajuanas con flores silvestres y faroles de madera blancos, una estantería de madera con arroz, paipais y cañones de pétalos esperaba a ser “atacada” por los invitados para celebrar el final de la ceremonia.
Cruzado el pasillo y con unos preciosos ventanales a la espalda, se situó el espacio para los novios y sus padrinos, y a su lado el del mediante. Los novios se casaron sentados en unas butacas provenzales, enmarcados por unos centros de flores de Karmen Arreglos florales. A su lado se colocó una consola rústica preparada para que el mediante celebrara el rito del matrimonio.
El protocolo (seating plan) estuvo muy relacionado con el mundo del arte. Las tarjetas con los nombres de los invitados eran una representación de las obras de Ana H. del Amo, una artista cacereña con proyección internacional, prima de Jorge. Las situamos en una estructura de cobre rodeada de macetas y flores naturales. Siguiendo la misma estética diseñamos los meseros, con los cuadros de esta artista y su ficha técnica, colocados en estructuras de cobre y metal. Estos se colocaron en las mesas junto con unos preciosos centros florales y los deliciosos platos del catering Miguel Ángel.
Para que los invitados dejaran una firma y un recuerdo eligieron nuestra icónica “cápsula del tiempo”, dispuesta sobre una consola de madera y adornada con una noria de metal.
Como hemos dicho antes, esta pareja es muy detallista y por eso quisieron obsequiar a sus invitados con el tradicional puro, actualizado a un rincón del fumador. Y para los que fuman y los que no, un rincón chill out dorado con alfombra y cajones de estilo boho.
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