En la Boda de Esther y Juan no faltó ningún detalle: Rincones decorativos, regalos para los invitados, salvatacones, manoletinas, paipais para el calor… Una boda preciosa en el Castillo de Las Seguras.

Dieron la bienvenida a los invitados con sus iniciales en color blanco de 1,20 metros, y un cartel sobre atril. Junto a esto unos novios de globos, cortesía de Animaciones QR.

Gracias a pizarras en marcos colocados por el jardín indicaron los diferentes puntos a visitar: La ceremonia, el cóctel, el banquete…

Una mesa de madera con paipais para el calor y arroz y cañones de pétalos para celebrar con los recién casados.

Eligieron dos rincones decorativos: uno con cajas de madera decorado con macetas, paniculata, marcos de fotos…; y en el otro sus fotos preferidas dispuestas en una maleta vintage.

Un imprescindible en zonas con césped: salvatacones para que las invitadas pudieran lucir bien sus zapatos sin preocuparse.

Los invitados vieron donde sentarse con un protocolo personalizado en dos escaleras de madera blancas, adornado con flores, fotos y jaulas. Siguiendo la misma temática eran las minutas (las tarjetas con el menú.

Por último, una zona con manoletinas para no parar de bailar toda la noche.

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