La madera, los elementos rústicos y las flores silvestres combinan a la perfección con el Castillo de Piedrabuena, el escenario escogido por María de Gracia y Miguel Ángel para celebrar su boda. Querían una boda con aires vintages y rurales en la que incluir una bicicleta y un capote. Escogimos la zona del protocolo (seating) para dar ese toque del mundo toreo que querían mostrar a todos sus invitados. El resto de la decoración de la boda siguió la misma temática respetando la esencia de la naturaleza y creando un ambiente bucólico.
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