Una boda se compone de muchos elementos, pero sin lugar a dudas los detalles son los que las hacen únicas. Y detalles no faltaron en la boda de inspiración viajera de María y Juan Diego.

La lista de invitados expuesta en un mapa vintage, sobre un atril de madera, con nombres de ciudades con un significado especial para los novios.

Los novios buscaron una total implicación de los invitados con un árbol de huellas para el recuerdo, donde cada invitado debía impregnar un dedo en tinta para crear una “hoja” en el árbol y firmar.

A pesar de ser casi verano el día fue un poco fresquito, pero para que nadie tuviera que renunciar a su vestido de fiesta se dispusieron fulares en una estantería para que los cogiera quien los necesitara. Para no estropear los zapatos había un rincón de salvatacones, “reconvertido” a causa de la lluvia en un espacio para hacerse fotos en el interior. Y para bailar sin parar regalaron manoletinas.

¿Quieres ver otras bodas?