Una bodega con encanto y una noche templada de octubre son dos elementos para hacer una boda para recordar, como la de Mayte y Juan en las Bodegas Granadas Coronadas.
Las distintas zonas estaban iluminadas con velas y luces Led para dar el toque de calidez idóneo.
La alfombra roja que los recibió estaba enmarcada por setos iluminados y un rincón de bienvenida, hasta llegar al cóctel, bajo luces Led y decorado con bolsas de velas, un rincón decorativo con cajas e iniciales gigantes de los novios. Faroles japoneses decoraban los árboles alrededor de la cúpula de cristal de color.

Una bodega con encanto es un lugar ideal para los amantes del buen vino sin descuidar los espacios ricamente decorados.

Había una zona específica para las necesidades de los invitados: Un rincón del fumador y un espacio con pashminas de colores para no pasar frío. Los colores elegidos por Mayte para combinar con cualquier vestido. Para el momento de la fiesta y baile unas manoletinas esperaban a las invitadas cansadas de los tacones, una tendencia al alza, como tantas otras facilidades para los invitados.

Bailarinas y manoletinas para el momento del baile son una gran opción, tanto para invitadas como para la propia novia si no está acostumbrada a llevar tacones.

Ya que la boda se celebró en una bodega, el protocolo y los meseros tenían un estilo que seguía la línea del mundo del vino, así como los centros de mesa, decorados con uvas blancas y tintas sobre una bandeja de espejo. Los meseros en marcos dorados de estilo barroco destacaban como otro elemento decorativo más. Paniculatas y margaritas daban el toque rústico al conjunto.
Por último, para iluminar el primer baile nupcial colocamos una mesita con bengalas junto al libro de firmas tradicional, adornado con varios faroles y un cartel indicativo.

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